Deuda pública amenaza con trascender sexenio verde (En la Mira) Héctor Estrada Los nuevos enfrentamientos mediáticos, supuestamente jurídicos, entre el ex gobernador Juan Sabines Guerrero y el controversial Horacio Culebro Borrallas han reavivado el tema de una deuda pública estatal heredada por una corrupta administración sexenal pasada, pero también mantenida y acrecentada por un gobierno estatal actual que, de plano, no ha podido sacar a Chiapas de la crisis financiera en la que parece hundido desde hace más de media década.

Y es que, mientras el cuestionable Culebro Borrayas, se mantiene en un conflicto casi permanente con los vestigios del Sabinismo (tanto en Chiapas, como en Orlando, Florida), el problema de fondo se mantiene más que vivo dentro de la actual administración estatal, amenazando con lo que podría convertirse en una hereditaria deuda pública aún más gravosa que la dejada por Sabines Guerrero.

De acuerdo al último informe “Financiamientos de Entidades Federativas y sus Entes Públicos 2016”, emitido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), la deuda pública general del estado de Chiapas asciende a 21 mil 514 millones de pesos, con obligaciones financieras de 20 mil 468.50 millones de pesos. Dos mil millones de pesos más que lo declarado por el Secretario de Hacienda ante el legislativo estatal durante la glosa del cuarto informe de gobierno.

Con el nuevo incremento sustancial a los compromisos financieros de Chiapas, la entidad se encuentra nuevamente al top 10 de los estados más endeudados del país. Sólo por detrás de entidades como la Ciudad de México, Nuevo León, Veracruz, Chihuahua, Coahuila, Michoacán y Sonora. Con límites de deuda levemente superiores a los dejados por el sexenio de Sabines Guerrero (20 mil 826 mdp).

Los datos publicados por el Índice de Desempeño Financiero de las Entidades Federativas (IDFEF) colocan a Chiapas como la segunda entidad con las peores calificaciones a nivel nacional en diversos rubros económicos que también tienen que ver con la administración de la deuda pública. De acuerdo al desempeño presentado por Chiapas, durante los años 2014, 2015 y 2016, la entidad apenas alcanzó una calificación promedio de 49.1, sólo superada por el estado de Coahuila que alcanzó las peores notas con 43.3 de calificación promedio.

El Índice de Desempeño Financiero de las Entidades Federativas ordena a los estados del país de acuerdo a su labor en la generación de ingresos propios, la administración de su endeudamiento, el control de su gasto administrativo, la generación de ahorro interno y los esfuerzos por canalizar recursos hacia la inversión productiva.

Y es que, no es la primera vez que la entidad chiapaneca se coloca entre las peores calificadas. A partir de 2012 comenzó a mostrar una tendencia a la baja dentro de este estudio estadístico nacional, sin alcanzar hasta el momento promedios de calificación aprobatorios. Lo preocupante del caso es que el IDFEF es actualmente uno de los instrumentos estadísticos más utilizados por los grandes inversionistas a la hora de tomar decisiones en México.

La situación que actualmente enfrenta la entidad chiapaneca advierte inminentes riesgos. No deberá sorprender el anuncio de nuevos endeudamientos millonarios durante los casi 19 meses que restan al actual gobierno, muerto tan prematuramente. Las condiciones para repetir la historia de saqueo están dadas, por lo que, seguramente, el endeudamiento estatal y otros tantos problemas terminarán siendo otra vez la herencia inevitable para el nuevo gobierno chiapaneco que viene.